jueves, 7 de julio de 2016

María Luisa Bombal: Violencia psicológica hacia la mujer en el siglo XX representada en el cuento “El árbol”.

María Luisa Bombal: El árbol.

 María Luisa Bombal, a diferencia de los escritores de la época, no se centra en la figura masculina del huaso chileno, sino más bien se centra en las femeninas, a las cuales les entrega el total protagonismo que anteriormente no poseían. Utiliza un lenguaje finamente tejido, escrito, con palabras precisas y elegantemente utilizadas, a partir de la cual presenta la condición de la mujer desde una perspectiva más sentimental e íntima, el dolor interno gracias a la violencia psicológica que sufren las mujeres al estar constantemente colocadas a las espaldas de los hombres y bajo su control, los cuales están regularmente lastimándolas a través de palabras hirientes y describiéndolas de manera ofensiva por el simple hecho de creerse superior a ellas, quienes viven bajo una sociedad en la cual deben callar y alimentarse de este dolor en silencio, siendo esclavas de sus sentimientos, esposándose a su sufrimiento, sin poder expresarse ni defenderse por el miedo de ser excluidas de la sociedad y ser atacadas de una manera más violenta o por el simple hecho de llegar a estar tan intensamente agredidas psicológicamente que llegan a aceptar todas estas críticas y finalmente creérselas. Bombal nos adentra a este mundo sentimental poco explorado de una manera mágica y delicada, donde podemos observar en la mujer una evolución en sus pensamientos y reflexiones, partiendo de una sumisión total hacia la revelación, la rebeldía, el poder ser diferentes y no estar bajo el control de nadie más que de una misma.
 En su cuento El árbol nos relata la historia de Brígida, una joven mujer que tuvo que pasar por una infancia, adolescencia y un matrimonio llena de injusticias y discriminaciones hacia su persona y en su faceta como mujer. La historia nos traslada a una década patriarcal del siglo xx, en el cual la mujer se caracterizaba por ser la responsable de los quehaceres de la casa, cuidar a los hijos y ser buena esposa (incluyendo ser recatada y educada), todo bajo el mando de un hombre, en caso de Brígida, primero de su padre y luego de su marido, Luis. Es aquí donde nos encontramos con esta singular mujer: la menor de seis hermanas, hija de un hombre viudo, separada y “totalmente ignorante”. Todo esto se debe a que cuando pequeña no tuvo una mano impulsora que la ayudase u obligase a concretar los estudios básicos para ser una mujer “culta” en su época. Su padre, cansado de enseñar a sus otras cinco hijas, llegaba a Brígida bajo ninguna disposición y como a ella le costaba un poco más que a las demás, se dio el lujo de etiquetarla como “una criatura retarda”, negándole de una forma indiscreta la posibilidad de ser una mujer inteligente y culturizada, y demostrando una falta de cariño tremenda hacia ella.
María Luisa Bombal.


“No voy a luchar más, es inútil. Déjenla. Si no quiere estudiar, que no estudie. Si le gusta pasarse en la cocina, oyendo cuentos de ánimas, allá ella. Si le gustan las muñecas a los dieciséis años, que juegue".             (Bombal, M.)                                     
Es por esto que Brígida abandona los estudios, debido a la falta de motivación por parte de su familia y la constante violencia psicológica que ejercían sobre ella, considerándola retardada e ignorante. Su infancia y adolescencia debió pasarla rodeada de muñecas y oprimida intelectualmente. Esto hizo que en ella crecieran una serie de miedos y  que terminara aceptando  esa ignorancia que todos decían que poseía, “¡Qué agradable es ser ignorante!” comenta ella al recordar su infancia mientras escucha a Mozart (o quien ella cree es Mozart).
Mientras Brígida escucha la música podemos ver como se le describe como una mujer sencilla y con ansias de descubrir, de aprender, “(…) sus ojos oscuros tan abiertos y como interrogantes”. La protagonista no quiere ser como sus hermanas, no quiere seguir el modelo establecido de mujer de la época y por tanto es diferente al resto, es “rara”, ella establece su propio rumbo a través de una psicología dulce e infantil y es por esto que es discriminada por su propia familia.
“¿En qué pensaba, sentada al borde de la fuente? En nada. "Es tan tonta como linda" decían. Pero a ella nunca le importó ser tonta ni "planchar" en los bailes. Una a una iba pidiendo en matrimonio a sus hermanas. A ella no la pedía nadie.”(Bombal, M.)
Usar una comparación entre la belleza y la “ignorancia” de alguien de una manera tan explícita y dura deja mucho que pensar de esa persona, ¿desde cuándo por ser linda una mujer debe venir ata si o si con ser tonta? Quién crea estos estereotipos, no requiere más fundamento que el dañar a la otra persona y crear una idea totalmente errónea de la humanidad en sí, una persona por ser diferente recae siempre en los mismos prejuicios y la gente termina dañándola sin darse cuenta lo equivocados que están, este era el caso de Brígida y como fue toda su adolescencia.
Después de su terrible experiencia paternal, viene la parte matrimonial. Como podemos observar en la cita anterior, Brígida ve como todas sus hermanas son pedidas en matrimonio, como era normal en la sociedad de esa época, pero ella, debido a su etiqueta de ignorante, es ignorada. Finalmente, y como solía suceder por ese entonces, se casa. Este matrimonio se basaba en una serie de intereses y no en el amor, en este caso de influencias entre Luis, el marido de Brígida, y el padre de esta. Brígida conoce a Luis desde pequeña y para ella siempre significo un pilar donde sostenerse bajo el aislamiento que sufría, cuando se encontraba sola corría a refugiarse junto a Luis a quien abrazaba y llenaba de besos, este tipo de comportamiento se puede asimilar a una búsqueda desesperada de cariño que nunca encontró en su familia, ni mucho menos en la figura masculina que ejercía su padre sobre ella, quien siempre la rechazo, Luis siempre que ella hacia aquello le decía “eres un collar, eres un collar de pájaros” comparando de manera súper discreta estas caricias como un puñado de pájaros que se le pegaban al cuello, frágiles e indefensos, pero que juntos lo ahogaban y desesperaban. Volviendo al punto, las relaciones patriarcales continúan pero esta vez de la mano de su marido. Ella, llena de vitalidad y él un hombre ocupado sin tiempo para compartir con su nueva mujer. Una de las razones por las que se casa, aparte del acuerdo, es que casándose con Luis ella dejaría atrás su pasado de ignorante y la gente empezaría a tomarla más en serio, así dice en el cuento: ‘’Por que al lado de aquel hombre solemne y taciturno no se sentía culpable de ser tal cual era: tonta, juguetona y perezosa (…) ’’ pero la historia se volvería a repetir.
 La historia del abandono de la figura masculina hacia nuestra protagonista se vuelve a repetir. Brígida cree que comportándose como la sociedad espera se le tendrá en cuenta, pero todo queda en un intento fallido y que en el final de la historia todo terminara en una separación entre la pareja. Una vez casada, su status social la limita a ser una mujer de hogar, a diferencia del hombre, cuya mayor importancia es el trabajo y el amor es una parte alejada de su vida, una parte que describe lo que estoy diciendo es el siguiente: “Estoy ocupado. No puedo acompañarte. Tengo mucho que hacer, no alcanzo a llegar para el almuerzo (…)”. Todo son excusas, cualquier cosa está primero que el compartir tiempo con su mujer. Al comenzar a relatar esta relación Brígida le dice a Luis “Nunca estás conmigo cuando estás a mi lado” esta frase, por pequeña que sea, abarca en total magnitud la vida de Brígida y sus sentimientos, las personas en su vida siempre han estado ahí pero nunca comparten una verdadera unión con ella, parece que estuviesen obligados a estar a su lado y que realmente no lo deseasen, su vida entera ha sido aislada de manera cruel y siempre se ha sentido sola, porque realmente nadie se da el lujo de realmente acompañarla, conversar con ella, aconsejarla, sino seguir los prejuicios y permanecer a su lado por nada más que obligación, lo cual le genera una tristeza inmensa y cada vez busca más el calor del amor para esconderse de todas estas críticas.
“Inconscientemente él se apartaba de ella para dormir, y ella inconscientemente, durante la noche entera, perseguía el hombro de su marido, buscaba su aliento, trataba de vivir bajo su aliento, como una planta encerrada y sedienta que alarga sus ramas en busca de un clima propicio.”(Bombal, M. Pág. 5)
Pero esto no es todo, la marginación de Brígida no sucede únicamente a nivel privado junto a su pareja, sino también público. Luis se avergüenza de llevarse a los sitios a su joven y tonta mujer: ‘’A sus hermanas, sin embargo, los maridos las llevaban a todas partes, pero Luis (…) se avergonzaba de ella, de su ignorancia, de su timidez y hasta de sus dieciocho años’’ .La humillación de Brígida llega hasta tal punto que se hace consciente de su gran ignorancia. Es como algo pesado que llevaba encima y recién acaba por asumir, aunque realmente no sea verdad. La mujer, que ha puesto en su matrimonio todas sus esperanzas y ganas, comprende que todo se ha perdido, o más triste aún, que nunca ha estado, y se convierte en un personaje caracterizado por la tranquilidad.


“Por primera vez él la había llamado desde el club a la hora del almuerzo. Pero ella había rehusado salir al teléfono, esgrimiendo rabiosamente el arma aquella que había encontrado sin pensarlo: el silencio.”(Bombal, M.)
Es aquí cuando empieza a refugiarse de sus problemas y a salir de la realidad, a partir de su vestidor, a partir del gomero. El silencio y la soledad se habían convertido en sus mejores aliados y había aprendido a convivir con ellos las mañanas en las que se levantaba y Luis no estaba a su lado o los días que no llegaba del trabajo. Se crea una relación armoniosa entre la naturaleza y los sentimientos de la mujer, que conectan pasivamente y sirve como un elemento relajante de su frustración interior, de ese fracaso y decepción amorosa, de la pena inmensa que crecía en su interior por encontrarse cada vez más sola. Entre las ramas del árbol y sus hojas que se mueven con el viento, Brígida es capaz de encontrarse a ella misma y seguir imaginándose un mundo, apartado de este malestar que le provocaba estar en esa casa en donde nadie se preocupaba por sus sentimientos, en donde era una esposa abandonada, una mujer deprimida y reprimida.

“Y noche a noche dormitaba junto a su marido, sufriendo por rachas. Pero cuando su dolor se condensaba hasta herirla como un puntazo, cuando la asediaba un deseo demasiado imperioso de despertar a Luis para pegarle o acariciarlo, se escurría de puntillas hacia el cuarto de vestir y abría la ventana. El cuarto se llenaba instantáneamente de discretos ruidos y discretas presencias, de pisadas misteriosas, de aleteos, de sutiles chasquidos vegetales, del dulce gemido de un grillo escondido bajo la corteza del gomero sumido en las estrellas de una calurosa noche estival.”(Bombal, M. Págs. 12 y 13)
Había aprendido a vivir sin el cariño ni la compañía de Luis pero se había acostumbrado a pasar horas a la sombra de aquel árbol que le daba esa paz interior, quizás había aceptado que su vida iba a ser de esa manera y que por más que quisiera eso no iba a cambiar.
Finalmente, la obra acaba con el quiebre de su matrimonio que coincide con la destrucción del árbol. Es como si se hubiese establecido una relación vital entre él y los sentimientos de Brígida. Como si lo que la retenía en esa casa fuese aquel gomero y en el momento en el que es abatido de un hachazo, el sentimiento de amor que podía quedar en el corazón de la protagonista, hubiese desaparecido ante la situación, como si Brígida hubiese despertado de ese sueño en el que se encontraba y de repente, fuese consciente de la realidad que estaba viviendo y la infelicidad que padecía al lado de aquel hombre. Lo único que mantenía estable a Brígida había desaparecido, y con él las ganas de seguir en esa casa, de ahí los últimos intercambios entre Luis y su mujer que acaban cerrando el final del cuento: -Pero, Brígida, ¿Por qué te vas?, ¿por qué te quedabas?- había preguntado Luis. Ahora habría sabido contestarle: -¡El árbol, Luis, el árbol! Han derribado el gomero’’.  Con ese final, queda clarísima la fuerte relación entre esa naturaleza y los sentimientos de la protagonista y la chica inocente que conoció Luis, quedó atrás para reivindicarse como una mujer con un carácter y unos sentimientos por los que está dispuesta a luchar, una mujer que se revela por sobre toda autoridad y es libre de todo prejuicio ya que por fin cree en sí misma y su capacidad como mujer. Esa es la esencia de la literatura que plasma María Luisa Bombal, destacar la importancia de la figura femenina y de los sentimientos amorosos.
Ya nadie ni nada podría herirla. Puede que la verdadera felicidad esté en la convicción de que se ha perdido irremediablemente la felicidad. Entonces empezamos a movernos por la vida sin esperanzas ni miedos, capaces de gozar por fin todos los pequeños goces, que son los más perdurables”.(Bombal, M.) 
el gomero.
comentario loco: ¡Me encanta! María Luisa Bombal es lo mejor de lo mejor, podría leerla mil veces y sus historias seguirán causando en mi ese revuelo de emociones y sentimientos, es la mejooooor!!

3 comentarios:

  1. Hola.
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  2. Hola!
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    Saludos

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  3. Hola, me ha encantado esta completa y sustanciosa reseña.
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    Saludos !!!

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